Un poco más lejos se ve con claridad la luz azul de nuestro hotel, recuerdas? Dentro de unas semanas la misma zona estará llena de cientos de luces de colores por culpa de las ferias. Algo más al este, las luces del estadio ya se han apagado, en la carretera elevada que pasa por delante circula algún que otro haz de luz a más velocidad de la que debería.
En la calle más cercana a mi ventana, los arboles retienen la luz anaranjada de las farolas, ya no queda ni rastro de los abuelos, los niños jugando y las madres con cochecito que se disputaban el par de bancos del parque de abajo hace apenas unas horas.Ya no hay ni sonrisas ni gritos, en su lugar solo se oye el sonido agitado del viento acariciando los arboles y el ruido de los adoquines castigados por las ruedas del coche de algún vecino despistado.
Mis labios no pueden aprisionar más tiempo el bostezo que me recuerda, que mi cuerpo resfriado necesita descansar. Me acuesto sabiendo que en un par de días estarás repasando conmigo que ninguna de las luces falte a la cita.
Buenas noches.